Machismo desesperado

10-02-2020: Concentración LUNES SIN SOL convocada en memoria de tres mujeres de 41, 47 y 38 años respectivamente asesinadas durante la semna anterior en atentados de violencia machista perpetrados en Gijón (Asturias), Lugo y Granada.

En su memoria guardamos 1 minuto de silencio, con lectura posterior del siguiente manifiesto:

MACHISMO DESESPERADO

Hace poco más de un mes estrenábamos el nuevo año con ilusiones y esperanzas de cambio también renovadas. Pero si algo sabíamos que no iba a cambiar es el machismo. Su guion permanece invariable, incluso en su peor versión: la mortal, con una media de 50-60 asesinatos de mujeres cada año en España. Y de hecho en lo que llevamos de años ya supera con creces el promedio.

Los argumentos que el machismo pone a disposición de los maltratadores son bien conocidos y hablan de que “ella se lo ha buscado”, “se creería que iba a salirse con la suya”, “de mí no te ríes”, o “eres mía o de nadie”. Todos son argumentos para justificarse ante los demás, para que todos entiendan lo hombre que es y dispuesto a defender su modelo de relación, de identidad y de sociedad a través de las herramientas que esa misma sociedad (machista, como él) le ha proporcionado. La violencia normalizada y la atribución de alguna culpabilidad a las propias víctimas son parte de esos ingredientes y con ellos se sigue construyendo la identidad de hombres y mujeres, una trampa que conduce a unos a sentirse legitimados para maltratar, y a las mujeres para resignarse ante ello. Así es el machismo, se mueve entre la amenaza y la negación, para que unas por miedo y otros por fe, todo siga igual.

El machismo no quiere ver ni aceptar que vivimos bajo unas referencias culturales que conducen cada año a 60 asesinatos de mujeres  por parte de sus parejas o exparejas y que lo hacen bajo el argumento de la “normalidad”. O sea, que vivimos en una sociedad con unas referencias culturales capaces de generar cada año 60 asesinos nuevos desde la normalidad que caracteriza las relaciones de pareja y familiares.

El machismo es una fábrica de hombres violentos y dañinos, sobre todo para las mujeres. Asesina el machismo, los machistas sólo ejecutan los mandatos que interpretan a partir de una cultura que no sólo no rechaza la violencia contra las mujeres, sino que la normaliza para que pueda ejercerse bajo el umbral de la intimidad. Y luego, cuando supera esos límites, la intenta ocultar al mezclarla y confundirla con otras violencias que no cuentan con esa construcción de género. Una estrategia interesada para que no se modifique la construcción cultural que da privilegios a los hombres para ejercer violencia contra las mujeres desde la normalidad, y que  a pesar de los 60 asesinatos de media cada año, el debate social se centre más en el cuestionamiento a las víctimas que en la crítica a los agresores.

La transformación social y el movimiento feminista han conseguido que la lucha por la Igualdad sea imparable y la erradicación del machismo irrenunciable, por eso desde los sectores más conservadores de la sociedad atacan sin cesar a los instrumentos que lo están consiguiendo, y se presentan como víctimas de esta nueva realidad. Es su modo de actuar para no perder los privilegios que siempre han disfrutado y ven cada vez más amenazados. Es la reacción del machismo desesperado.

Hoy, gracias al gran esfuerzo y tesón del movimiento feminista, algunas cosas están cambiando y ya sin retorno. El machismo seguirá vivo, pero lo que ya no podrá es cortar las ansias de igualdad que cada vez más mujeres y también los hombres tenemos como objetivo irrenunciable. Como dice una canción, a las mujeres les “han crecido alas en las cicatrices” y el machismo seguirá cortando flores, pero ya no podrá detener la primavera feminista.

Por ello, desde aquí en cada Lunes Sin Sol seguiremos gritando contra el machismo: ¡¡¡BASTA YA!!!